miércoles, 15 de febrero de 2012

Visionado de la película “Buda explotó por vergüenza”



Es difícil, o imaginamos difícil, ser capaz de retratar una cuestión global, la necesidad y dificultad al acceso a una enseñanza; desde un punto de vista que podría darse en cualquier lugar del mundo, infantil; pero enmarcado en un contexto muy concreto, cuya lejanía en el espacio no es mayor que su cercanía en el tiempo. Aunque utilice una historia y una puesta en escena de tan realista que se hace imperceptible, es a través de su esquema y de la consecución de situaciones que aparecen, cómo se retrata una sociedad, una cultura, de forma parecida a la sátira pero sin caer en ella, porque su mayor baza reside en el punto de vista, en contar la crudeza desde el prisma de la inocencia y de la ingenuidad. Quizá algo demasiado duro como para ver desde nuestros propios ojos. Es curioso cómo algunas veces la madurez no nos hace más fuertes, sino todo lo contrario.

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